De colores
Residencia en el Consulado de México en San Francisco
enero-abril 2017
En honor a mi abuela, siempre.
El proyecto de residencia consistió en utilizar el espacio proporcionado por el Consulado como un terreno de experimentación visual. Al mismo tiempo, se consideró de manera singular el carácter intersticial del espacio consular como generador de las piezas. Un espacio diplomático, centro de la relación binacional y punto de encuentro de la comunidad mexicana significaron enormes elementos para disparar ideas y proyectos. En el Consulado convertido en taller desarrollé piezas a partir de la idea de que los materiales pueden operar como contenedores de cultura. De esta manera, trabajé con elementos cotidianos y festivos inundando el espacio de colores y patrones efímeros.
El elemento central de la residencia fue el telar de piso que mudé durante la residencia de mi estudio en CCA al Consulado. Coloqué una una urdimbre de algodón de seis metros de largo que recibió líneas de tejido de cada color por parte de un participante diferente, sobre todo por parte del personal que ahí trabaja. Se tejió con hilo de Oaxaca de colores sobre una urdimbre de algodón comprada en Estados Unidos.
El espacio se utilizó en los días posteriores a que Donald Trump asumiera la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero de 2017. Fueron días muy dolorosos, sobre todo para la población mexicana. El contexto festivo lentamente se fue tornando en un ambiente de dolor y, sobre todo, de resistencia.
Residencia en el Consulado de México en San Francisco
enero-abril 2017
En honor a mi abuela, siempre.
El proyecto de residencia consistió en utilizar el espacio proporcionado por el Consulado como un terreno de experimentación visual. Al mismo tiempo, se consideró de manera singular el carácter intersticial del espacio consular como generador de las piezas. Un espacio diplomático, centro de la relación binacional y punto de encuentro de la comunidad mexicana significaron enormes elementos para disparar ideas y proyectos. En el Consulado convertido en taller desarrollé piezas a partir de la idea de que los materiales pueden operar como contenedores de cultura. De esta manera, trabajé con elementos cotidianos y festivos inundando el espacio de colores y patrones efímeros.
El elemento central de la residencia fue el telar de piso que mudé durante la residencia de mi estudio en CCA al Consulado. Coloqué una una urdimbre de algodón de seis metros de largo que recibió líneas de tejido de cada color por parte de un participante diferente, sobre todo por parte del personal que ahí trabaja. Se tejió con hilo de Oaxaca de colores sobre una urdimbre de algodón comprada en Estados Unidos.
El espacio se utilizó en los días posteriores a que Donald Trump asumiera la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero de 2017. Fueron días muy dolorosos, sobre todo para la población mexicana. El contexto festivo lentamente se fue tornando en un ambiente de dolor y, sobre todo, de resistencia.